Para quienes vimos esta película de caricaturas de Disney «
UP» y con un contenido sentimental, seguro recordamos que en el inicio, en los primeros diez minutos, aparecen dos jovencitos que solían jugar a la aventura en una casita abandonada de su barrio, fueron creciendo y se enamoraron hasta llegar al matrimonio, luego pasan los años sin dejar de seguir soñando que un día viajarían juntos, a lo que comenzaron a ahorrar, pero los afanes de la vida fueron relegando esas
aspiraciones en un simple álbum de fotos e ideas, y mientras las canas crecían junto con ellos. El se atreve a hacer volar a las alturas su casa amarrada con miles de globos hacia América del sur, un lugar en donde desde muy jovencitos solían soñar en estar algún día.
Cada vez que le preguntas a alguien por sus sueños, se incomoda, y cree que estás loco, pensando que vives dentro de un globo en tu propia imaginación, pero la verdad es que todo mundo alberga «sueños» o el nombre que quieras ponerle (proyectos, deseos por cumplir, planes por realizar….), algunos imposibles, algunos locos, algunos sin sentido, otros atrevidos que cambian completamente el curso de la vida de uno, y hasta cambian y afectan el contorno y la sociedad.
Hagamos memoria, para soñar necesitamos volver por momentos a ser un niño, un niño pequeño de esos que no se conforman con un NO o un «espérate que crezcas», de esos que toman una caja de zapato y una lata de gaseosa vacía incrustada en un costado les hace soñar que son camarógrafos de Cine, de aquel niño que un día solía pararse encima de unos bloques para hablar y sentirse que ya era un poeta o locutor de radio, y que viajar por las estrellas es tan sencillo como subirse a una escalera vistiendo una capa imaginándose en volar de un lado a otro y tener cómo misión el ayudar a la humanidad…y a lo mejor por eso dicen que soñar no cuesta nada!!!
La vida tiene muchas vueltas y mientras crecemos la rutina con su dinámica de afán y estrés nos va desalojando todas esas ideas que un día tuvimos por soñar, y comienzan a desaparecer mientras la monotonía nos va atrapando haciendo a nuestros sueños de lado.
No nos envejecemos porque dejamos la niñez y la juventud atrás, sino porque nos volvemos más calculadores y limitados, más presupuestados y menos arriesgados, nos acomodamos a lo seguro por temor de aventurarnos a lo inseguro, a aquello que sólo se puede explorar empujado por precisamente eso a lo que llamamos «Sueños».
«Sólo es capaz de realizar los sueños el que, cuando llega la hora, sabe estar despierto.» – León Daudí
Creo que Dios mismo ha instalado en nosotros un llamado a servirle, al que hemos de llevar acabo con planes, y ponerlos en proyecto, y mientras esperamos el tiempo de actuar también debemos de prepararnos, de estudiar, de capacitarnos para poder ser efectivos y estar listo cuando todo sé de, esos sueños son los que precisamente nos mantienen en expectativa, activos y luchando en la vida por hacerlos realidad.
«Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dijo el SEÑOR, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.»
Jeremías 29:11
«Si Dios te da la capacidad de soñar, también te da la posibilidad de convertir tus sueños en realidad, y para alcanzar esos sueños debes ponerle acción a tu vida.» – Héctor Tassinari
«Atrévete a Soñar»
Dare to dream
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