No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia
ISAIAS 42:3*
La caña, era usada para elaborar flautas, ésta era una tarea delicada ya que si se dañaba, no podía ser utilizada como instrumento musical, entonces se quebraba y se lanzaba al río (era desechada), de igual forma un pábilo o mecha que ya no representa una llama, es sustituido por otro. Así funciona nuestra mente, lo que ya no es apto para ser usado debe ser desechado, pero de primera mano sé que ese no es el estilo de Jesús.
Desde que tuve mi encuentro con Jesús, me nació una pasión de esas que no puedes evitar, yo quería servirle, quería que la gente conociera al Dios que yo había experimentado y así lo hice por años, pero hubo una temporada durante mis años de servicio donde ocurrieron situaciones que me quebraron y ahí me pegué fuerte contra algo que yo no conocía: Era la pared de la religión. Estar quebrada, me convirtió en caña cascada y la llama de aquella pasión sólo alcanzaba para humear eso me llevó a dejar mi servicio durante casi 4 años.
Cuando estás roto, tu servicio no es igual, la religión con crudeza te sienta con los no aceptados, no eres “apto” porque nuestro Dios es perfecto, no quiere gente rota, las cañas cascadas producen trabajo y la religión solo quiere la música de un “buen” instrumento.
En algún punto de nuestro caminar como cristianos nos olvidamos que fuimos llamados a curar almas, en algún punto nos olvidamos de un Jesús que es experto en quebrantos, que sus manos son redentoras, que es hacedor de milagros, en algún punto del camino pretendimos quedarnos con una versión de Jesús de acuerdo a nosotros mismos, pero Él es todo, no puedes quitarle absolutamente nada.
Y fue dentro de esos milagros pocos convencionales que llegó mi momento de servir nuevamente y como nunca antes lo había hecho; el período de humo me enseñó a valorar más cada pequeña oportunidad de servirle a quien me ha dado todo.
Quizás hay cañas cascadas que han sido quebradas por circunstancias o quizás fue a causa del pecado que estás roto, sea cual sea tu condición: herido, frustrado, abandonado, divorciado etc. Tal como se le describe en Isaías, y en Mateo 12:20 Él no desecha las cañas cascadas ni los pábilos que humean, nosotros, los rotos, somos aceptos para recibir de su gracia redentora.

Contador, labora para una entidad de la industria de acero en Managua como asistente contable. Tuvo un encuentro con Jesús a los 18 años mientras atravesaba una etapa difícil en su vida personal; ahí conectó con un grupo de jóvenes que se dedicaban a compartir la Palabra de Dios en las casas y desde entonces inició en el ministerio trabajando con jóvenes e Intercesión. Actualmente también se encuentra involucrada sirviendo en el Ministerio de alabanza.
Gracias Kathe, súper bueno tu mensaje tal como lo dices, somos aceptos a recibir su gracia redentora.