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Génesis 37:3-6 NTV

Jacob amaba a José más que a sus otros hijos porque le había nacido en su vejez. Por eso, un día, Jacob mandó a hacer un regalo especial para José: una hermosa túnica. Pero sus hermanos lo odiaban porque su padre lo amaba más que a ellos. No dirigían ni una sola palabra amable hacia José. Una noche José tuvo un sueño, y cuando se lo contó a sus hermanos, lo odiaron más que nunca.

La historia de José es interesante porque su historia inicia precisamente con la anécdota que narra que su padre le amaba y le había regalado una tunica colorida en muestra de su amor y según lo que he leído, ese regalo era símbolo de que José asumiría el liderazgo de la familia.

José tenía muchos hermanos que tristemente rechazaban sus sueños, sus dones y su capacidad de sobresalir. La actitud incorrecta de sus hermanos, dañó sus corazones y esto los impulsó a hablar y actuar de forma reprobable contra él.

Qué difícil es asumir el favor y el aprecio de una parte de personas pero a la vez aceptar la envidia que llega de parte de otras personas al punto de hacerte daño, sin que lo merezcas o les hayas hecho algo.

Cuando no estás claro de tu identidad y valor, difícilmente te das cuenta de todo el potencial que traes dentro, y de lo lejos que podrías llegar, pero cuando lo estás, caminas firme creyendo en que te fue depositado algo que debes hacer fructificar.

Como Puedes Lidiar Con La Envidia Si La Experimentas

La historia completa de José nos demuestra que tenia destrezas que lo hacían sobresalir siempre, que el favor que tenia le permitió llegar a ser la mano derecha de un rey, por tanto el siempre brillaba con sus talentos e imagino que siempre ocurrió de forma similar cuando era joven ante la mirada de sus hermanos.

¿Era ese entonces el motivo correcto para ganarse el odio de ellos? José era simplemente él, un hombre que amaba a Dios con sus características especiales pero la envidia carcomía a sus hermanos.

Esto nos lleva a reflexionar que cuando sientes envidia por logros, habilidades o dones de alguien más, solamente dudas de ti mismo, y valoras lo que otros tienen sin detenerte a escudriñar lo que tú tienes. El brillo que empezamos a notar en otros es producto del trabajo arduo de estas personas al igual que sus éxitos.

El envidioso piensa que la otra persona a tenido más oportunidades, favoritismo, suerte, más amor etc… que por eso él o ella nunca podría lograr, pero lo cierto es que todos traemos la capacidad de brillar y lograr grandes cosas con nuestra manera particular a pesar del lugar donde nacimos, capacidad económica y demás, todo depende de ti.

La envidia puede llevarte a cometer actos malvados, en la historia escuchamos como estos hermanos estuvieron dispuestos a matar a su hermano por no soportar su túnica de colores.

Como Debemos Asumir la Envidia de Otros

José nos enseña que nunca actuó como superior o con desdén, nunca los rechazó o les pagó con mal, todo lo contrario, daba lo mejor de sí, y aunque vivió una larga temporada de injusticia, siempre actuó de buena fe y el favor de Dios lo seguía.

Haber soportado con una actitud correcta las adversidades y el desprecio de quienes debían amarlo, lo ayudó a escalar de una manera inimaginable en su vida.

Si estudias la historia de José, podrás darte cuenta que pasó años en una cárcel injustamente, y se supone que en ese tipo de lugares no se florece, no se avanza ni se puede hacer nada. En ese lugar no estaba su padre terrenal, ni su tunica, ni quienes lo amaban, sin embargo la biblia cuenta que destacó aún en ese lugar, el carcelero le confiaba los demás presos y él estaba a un mayor nivel que el resto.

Aunque sientas que te hiera la envidia de otros, pasa por alto la ofensa. Algún día llegará tu hora, en el que el Dios que ve desde los cielos (El Roi), compensará tu silencio, tu buena actitud y tu decisión por no dejar que tu corazón se enferme a causa de las palabras mal dichas de otros acerca de ti.

No permitas en ser tentado en hablar mal, o devolver el mal, hay un abogado que da la cara por ti y te defiende, la vida es siembra y cosecha, el que habló mal tendrá su cosecha y si soportas con rectitud, tendrás tu recompensa.