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Con la siguiente pregunta espero captar tu atención: ¿En que se parece una prostituta a la gracia de Dios?
Se que para algunos, esta pregunta suena como una tremenda blasfemia. Pero creo que no está nada loca la comparación ,a una prostituta y a la gracia de Dios no le interesa si estás limpio o estás sucio, si cuentas con educación o no, si eres bueno o si eres malo, la única diferencia entre estas dos es que la prostituta cobra por recibirte y la Gracia de Dios se da por amor. Esto lo leí en uno de los libros de Junior Zapata.

Como cristianos nos escandaliza el pecado, y cuando nosotros somos los protagonistas de las fallas, pecados, o los que cedemos a la tentación, nos escondemos de Dios y nos apartamos de la congregación, es algo que va en nuestra naturaleza, nos da pena, nos sentimos horribles, y llegamos a creer que somos lo peor del mundo, aveces hasta le facilitamos el trabajo a la culpa y pareciera que nosotros hacemos mejor su trabajo y nos condenamos con todas nuestras fuerzas.

El sentimiento de condenación es uno de nuestros peores enemigos, nos sentimos miserables después de fallar, saber que decepcionamos a nuestra pareja, a nuestros padres, o a nosotros mismo, que avergonzamos a nuestros hijos, nos hace desear nuestra muerte, quisiéramos no existir, el perder la lucha con algún tipo de droga o alcohol después de estar sobrios por algún tiempo, ceder ante el llamado de la infidelidad, volver a meternos en el mismo problema el cual odiamos, eso es como vivir en el mismo infierno, sentimos que merecemos el peor de los castigos por volver a fallar.

Jesus cuando recorría las polvorientas calles de Israel, tenía una manera bastante polémico acerca del trato con los pecadores, los religiosos no podían entender que el hijo de Dios manifestara su total interés por aquellos que estaban condenados por la ley. Pero hace más de 2000 años, la santidad y el pecado tuvieron una cita y el pecado no resistió la hermosa luz de su santidad, esto a mi me da paz, saber que el hijo de Dios vino por gente como yo, imperfecta, pecadora, que no cumple muchas veces lo que promete, que hago lo que no quiero, y lo que no quiero hacer eso hago, miserable de mi. Me emociona saber que Jesús esta no sólo interesado en mi, si no también en mi pecado, con Jesús no solo tengo otra oportunidad, si no que Jesús “busca” la clase de gente como nosotros, ¡pecadores! “Yo, el Hijo del hombre, he venido para buscar y salvar a los que viven alejados de Dios.” ‭‭Lucas‬ ‭19:10‬ ‭TLA‬‬

Nunca he leído que Jesús condenara a un “pecador” , Todo aquel que se acercó buscando ayuda de Jesús la consiguió, me asombra leer que Jesús se “auto invitará” a casa de zaqueo el corrupto, salvará a un ladrón en la cruz, sanará a un presunto amante homosexual del soldado romano, y acepte regalos carísimos de prostitutas, amo saber que no existe falla o error que pueda cometer que haga que Jesús me ame menos, o que cambie lo bueno que tiene para mi, a veces cometemos el error de creer que Jesús es como nuestros hermanos de la fe, familia o amigos que decepcionamos y no nos dan otra oportunidad.

Pero Jesús es diferente, El es Dios de segundas oportunidades, y si él no te condena, date una segunda, tercera o cuarta oportunidad, no seas duro con vos mismo inténtalo de nuevo, acércate a Jesús.‭