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 ¿He vivido dignamente? 

 

 El anciano hombre se encuentra frente a la cruz y con temblorosa voz dirige las siguientes palabras: 

 «Mi familia ha venido hoy conmigo. Han querido acompañarme. Francamente no sabía cómo me iba a sentir. Todos los días recuerdo lo que usted me dijo en el puente. He tratado de vivir la vida lo mejor que he podido. Ojalá haya sido suficiente. Al menos, ojalá que antes sus ojos, sea digno de cuanto hicieron por mi.»

 Luego, mira a los ojos a su anciana esposa y le dice:

 

   -¡Dime que he vivido dignamente….. dime que soy un hombre bueno! 

 

   -¡Claro que si!…… Tu eres un buen hombre. Le respondió su esposa.

 

  Luego aquel anciano se para firme y con pose militar saluda erguidamente frente a una tumba.

 

 En la última escena de la película Saving Private Ryan, estas fueron las palabras de gratitud dichas por el soldado James Ryan (Matt Damon) estando ya en su vejez ante la cruz que descansa sobre los restos del Capitán John H. Miller (Tom Hanks) quien antes de morir durante la Segunda Guerra Mundial, hizo posible su rescate para que regresara vivo a casa. Y después de casi 6 décadas, va anualmente hasta su tumba a rendirle honor.  

Esta escena habría de vivirse a cada día por todos. Hubo un hombre, su nombre Jesus, quien en la cruz dio su vida en rescate por cada uno, para salvarnos. La pregunta que surge es que sí hemos vivido dignamente nuestras vidas en favor a ese rescate que no nos merecíamos. Se que no hay precio de parte nuestra para pagar ese precio que pago Jesus en la cruz, pero: 

 

  ¿Que hemos hecho para vivir en gratitud de ese rescate?

 

  ¿Cómo estamos viviendo de manera que demuestre el privilegio que se nos dio a vivir bajo rescate? 

 

 ¿Ha sido nuestra vida un ejemplo del precio de nuestra salvación? 

 

 ¿Estamos viviendo de manera que los demás puedan ver la intensidad de esa gratitud en nosotros?

 

 Creo que como James Ryan, siempre hay un momento de reflexión que nos confrontará con esta realidad, nos sentiremos retados en la conciencia en dos maneras: si hemos vivido dignamente o si hemos desperdiciado el valor de ese precio que pago Jesús en la cruz haciendo nada en favor a ello…

 

Que cada vez que oremos, miremos a la cruz y hablemos con Jesús más o menos esas mismas palabras tan espontáneas que Ryan dijo:

 

 «Mi familia ha estado conmigo. Me han acompañado hasta hoy. Francamente no sabía como sentirme, es hasta hoy y aún me conmueve muy dentro tu amor hacia mi. Todos los días recuerdo lo que dijiste antes de morir en ese lugar. He tratado de vivir la vida lo mejor que he podido. Ojalá haya sido lo suficiente. Al menos, ojalá que ante tus ojos Señor, sea digno de cuanto hiciste por mi en esa cruz.»

 

 ¡Vivamos la vida al máximo pagando ahora nosotros un precio para vivir honrando esa Salvación! 

Filipenses 2:13 

«Pues Dios, según su bondadosa determinación, es quien hace nacer en ustedes los buenos deseos y quien los ayuda a llevarlos a cabo.»