Paralizados

En la antigua Grecia, existió una sacerdotisa del templo de la diosa Atenea, una mujer sin comparación alguna, bella en extremo, no había hombre que la mirara y no quedara perdidamente enamorado de ella, belleza que se hablaba hasta entre los dioses del Olimpo, como no hablar de ella.

Belleza que también trajo enemigos, celos, envidia, hasta de la diosa Atenea, que llena de ira maldijo a la sacerdotisa convirtiendo su hermoso cabello en serpientes venenosas, sus bellos ojos en una arma mortal, ahora su belleza era la causa de la parálisis de muchísimos hombres, solo bastaba una rápida mirada a sus ojos para convertirlos en piedra, ese es el origen de “Medusa”.

Eso me me lleva aquel momento en que Adán y Eva se encuentran siendo tentados por la serpiente en el edén.“Cuando la mujer vio que el árbol era hermoso y los frutos que daba eran buenos para comer, y que además ese árbol era atractivo por la sabiduría que podía dar, tomó algunos frutos del árbol y se los comió. Su esposo se encontraba con ella, ella le dio, y él también comió.”Génesis 3:6 PDT. Solo imagino a la serpiente viendo fijamente a los ojos de Adán dejándolo totalmente paralizado, lleno de miedo, solo observando aquella gran tragedia que ocurría ante sus propios ojos.

Creo que ese mismo miedo nos sigue desde el principio de la humanidad, ahora, talvez una serpiente no nos hable, pero tenemos situaciones en las que literalmente sentiremos su mirada. Como nos paraliza el hecho de que el matrimonio es para toda vida y no damos ese siguiente paso al compromiso por miedo a fracasar o no dar la talla, nos pone la piel de gallina el saber que tenemos que conversar con nuestra pareja acerca de la infidelidad que se descubrió de una de las dos partes.

El que nuestros padres o amigos descubran la lucha con deseos homosexuales o inmoralidades, el que nuestra debilidad o pecado sea expuesta en la iglesia, trabajo o en el hogar y quedemos como una farsa; algunos tenemos pesadillas con la visita al doctor y que su dictamen sea positivo a cáncer o no podamos engendrar hijos o alguna otra enfermedad que nos aterre; la carta de despido en nuestro buzón de entrada de nuestro correo electrónico,

Las notificaciones bancarias respecto a las deudas; la ultima conversación con los abuelos esa despedida del ser tan amado por nosotros, la violencia en el hogar era algo que en algunos casos provocaba que nos orináramos de miedo; el fracasar en nuestro emprendimiento y quedarnos en banca rota, en fin estamos en un mundo en el que día a día juntamente con nosotros van saliendo a luz nuevos temores que nos paralizan.

¿Que hago cuando me encuentro con la serpiente?

No he encontrado un libro que me diga como enfrentar mis miedos o me de tres pasos para ser valiente, pero si hay una palabra que Dios ha depositado en mi corazón que me ha ayudado a enfrentar esos temores, con lágrimas en mis ojos, aún con mucho miedo, me llena de fuerzas sobrenaturales el saber que Dios promete estar conmigo durante estos procesos al parecer sin importarle si soy o no el culpable de lo que me paraliza.“Dios mismo será tu guía, y te ayudará en todo; él jamás te abandonará. ¡Echa fuera el miedo y la cobardía!»”Deuteronomio 31:8 TLA.

si te han dicho que Dios evitará el estrés o nervios que conlleva enfrentarte a tus miedos creo que te mintieron !pero! el saber que Dios estará allí guiándome cuando no sepa que hacer, que me ayudara en todo lo que necesite mi corazón, mi bolsillo y mi cuerpo; aunque pierda muchas cosas o personas que amo con todo mi corazón, Dios jamás me abandonará, y como decía un famoso escritor argentino “Nadie se arrepiente de ser valiente”Jorge Luis Borges. Nadie más lo podrá hacer por vos esforzarte y se valiente.